La jubilación, un paso natural al cumplir la edad y los años de aportaciones al IESS, se ha vuelto un galimatías para los empleados del Estado, porque ahora va acompañada de un justo bono de retiro, gracias a este Gobierno. Este bono representa cinco salarios básicos por cada año de servicio con un límite de 150, lo cual ahora equivale a unos 51 000 dólares, sin mirar jerarquías.
Lamentablemente la falta de liquidez para el pago, obliga a las dependencias del Estado a mantener en el trabajo a personal muchas veces enfermo, con discapacidad o con enfermedades catastróficas, lo cual resulta más costoso aunque se pague en cómodas cuotas mensuales (el sueldo de alguien que ya no se desempeña a plenitud).
Entonces ¿qué mismo? A los jóvenes que gobiernan les estorban los viejos y su experiencia, pero no se pueden deshacer de ellos por falta de dinero. Así que podremos encontrar a mayores de 70 años esperando aún su digna salida bonificada..