Es increíble como las medicinas, siendo un artículo de primerísima necesidad para la salud de absolutamente todos los ecuatorianos, que hoy están enfermos de tanta contaminación diaria, sea debido al smog emanado por los escapes de los transportes públicos; que usan el combustible estrella, como el diésel, producto repotenciado a su máximo punto contaminante en Esmeraldas. O a su vez ya intoxicados de tanta palabrería política que ha logrado dividir al País. Y, lo que es peor, los malos olores de una corrupción rampante.
El ministerio de ramo autoriza, casi a diario, la subida de precios de los insumos médicos a niveles increíbles; y, sus costos actuales se han vuelto inalcanzables para que los que necesitan de ellos para poder tratarse los padecimientos diarios. Se puede citar que esta semana, por ejemplo, un analgésico subió el 145% de su costo original, y lo que es peor un jarabe de niños para la tos, acaba de subir un 250%.
La frase emblema, tan repetida a diario, que el pasado no volverá, es tan cierta que las medicinas indispensables para la buena salud, jamás volverán a sus precios anteriores. ¿Y ahora la miríada de candidatos que nos ofrecerán sobre este tema?