Ha dado la vuelta al mundo la noticia sobre el proceso de paz para Colombia, que se negociará en Noruega. Bienvenido sea el proceso mientras se respeten los lineamientos planteados por Juan Manuel Santos, jefe de Estado de Colombia, quien indicó que las fuerzas militares no dejarán ningún territorio a los grupos terroristas. El proceso es digno de felicitar siempre y cuando los terroristas entreguen sus armas, sean juzgados por sus crímenes, secuestros, narcotráfico, asesinatos, magnicidios, atentados, sicariato, etc.; prácticas que lamentablemente han contaminado a países vecinos como Ecuador. La paz se consigue con el perdón y el perdón se consigue con la justicia. Felicito al señor presidente Juan Manuel Santos por esta iniciativa, al tiempo que lo prevengo para que tome todas las medidas de seguridad necesarias, pues ciertos individuos relacionados con la política de América Latina comparten ese tipo de ideologías y podrían ofrecer el asilo diplomático o político, que está de moda, para que los terroristas sean reconocidos como grupo político y hasta se los declare como personas cuyos derechos están amenazados, permitiendo la total impunidad sobre los crímenes cometidos por más de medio siglo que han afectado no solo a Colombia; sino en algunos casos al mundo entero.