Sucesos como la explosión de la base flotante frente a San Lorenzo, donde falleció un marino, tres civiles desaparecidos y arriba una Comisión Investigadora de Accidentes para analizar las posibles causas de la explosión, hacen pensar que muchos de los sitios de riesgo no se sujetan a un manual de seguridad, compilado por hechos repetitivos o por fabricantes, los cuales exigen un rígido control sobre su maquinaria o uso de combustibles para evitar desastres. No se comprende cómo luego del accidente en Manta, donde falleció una Ministra de Defensa y su hija, una civil, todavía se siga permitiendo el ingreso de civiles a sitios no autorizados, tampoco se comprende cómo se busca una explicación in situ, sin previamente revisar los registros de mantenimiento y prevención y el registro diario de la base flotante, con el fin de conocer las novedades que ocasionaron el suceso. El establecimiento de manuales y su seguimiento evitarían que estos casos se repitan.