No quería hacer ningún comentario sobre este tema, pero me obligan a ello dos hechos: el primero el apresamiento de uno de los miembros de una comisión creada por el ex presidente, para investigar los contratos firmados por su hermano; y, la nueva publicidad del Consejo de la Judicatura para resaltar la transparencia de la Función Judicial.
¿Por qué es necesario comentar esto? Porque los integrantes de tal comisión el único pecado que habrían cometido es afirmar que el ex presidente si conocía de los contratos firmados por Fabricio Correa, al punto que este, lo señala al consultársele en una reunión realizada en las oficinas del diario Expreso, luego de que había detallado los contratos que ese momento estaban vigentes con su consorcio, respondiendo ante la pregunta formulada por uno de los presente: ¿Su hermano conoce de todos los contratos que tiene? Él contesta lacónicamente: Sí.
Este hecho y un detalle pormenorizado de la reunión en referencia consta concretamente: la pregunta, al final de la página 281 y la respuesta al inicio de la página 282 del libro titulado: El Gran Hermano.
Pese a lo señalado, los ciudadanos Portillo y Chambers estarían sancionados con prisión por falso testimonio.
Y esta no es la única metida de mano en la Justicia, el propio Presidente del Consejo de la Judicatura reconoce la “comunicación” permanente entre las autoridades para tratar asuntos de Estado y al referirse a las denuncias de injerencia en el área judicial, las califica de actos ridículos y minimiza los correos electrónicos cruzados por él porque se habrían obtenido sin autorización legal para tener validez, olvidando que si se los requiere para un juicio político no necesitan de tal aprobación.