El novísimo y sorprendido electo Alcalde Rodas siente la presión de los grupos de poder que lo apoyaron para poner en marcha la eliminación progresiva del pico y placa. Tal decisión es política e inconsulta. Sacar miles de vehículos de circulación permite restar en algo la emisión brutal de gases tóxicos. Rodas prioriza al vehículo que al ambiente y al ciudadano de a pie. ¿Dónde están los ecologistas pequeño-burgueses para rechazar esta medida represiva?, ¿dónde están los colectivos que defienden al peatón y al ciclista? Mientras en otros países se restringe el uso del vehículo particular para priorizar la movilización en bicicleta, o del transporte masivo, aquí se mete a la gente en su cabeza que son atentados a las libertades; mientras en otros países toman conciencia del ambiente, aquí promovemos al contaminador.
Regresó a Quito la improvisación, el sojuzgamiento a los grupos hegemónicos y la falta de decisiones duras; tal parece que nuevamente quieren hacer del Municipio el trampolín a otras ambiciones.