Se nos embelesa con el argumento de que la mejor alternativa para salir de la pobreza es extrayendo el petróleo de la zona que debería ser la más cuidada del mundo.
Me permito una reflexión: entre 1918 y 1932, luego de la Primera Guerra Mundial, Alemania estaba devastada y en un nivel de pobreza inédito en su historia. Japón, después de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, quedó destruido. Ambos países tuvieron que luchar contra la adversidad y la destrucción, a pesar de no tener recursos naturales. Alemania, en 1939 enfrentó otro conflicto mundial pero, entre 1932 y 1939 se constituyó en una potencia. En la actualidad, ambos países, Alemania y Japón, son de los más poderosos del mundo. ¿Cómo salieron de semejantes crisis? Pues, trabajando denodadamente.
Por nuestros lares se debería ser más creativos, creando fuentes de trabajo, invirtiendo recursos en la industria, el comercio y la agricultura, no inflando la burocracia ni extrayendo recursos no renovables de zonas vulnerables como la selva.