¡Esto ya ha llegado a un límite extremo! Un gobierno acaparador, sin medida en su ambición de llevarse todo lo que las personas trabajadoras de este país producen, es ya intolerable.
Nunca entendieron que su misión es proteger el trabajo, a la propiedad, dar seguridad y paz. Se debe administrar el país y defender la producción, el trabajo de sus hijos, en función del bien común, que ellos mal entienden.
Nuestro pueblo quiere mejorar su sistema de vida, su comodidad, su techo, su alimentación. Ya habíamos llegado en la Sierra a tener una alta legalidad en la propiedad, lo lógico era tener escrituras registradas.
Ahora las personas trabajadoras y que producen dinero con el sudor de su frente, ya no van a querer ni comprar, ni vender, pues su beneficio se lo lleva un voraz gobierno, que asalta el bolsillo de todo el mundo, nadie se libra.
Persigue a toda inversión, a toda producción, todo es pecado, en lugar de promover el trabajo privado, la producción, jamás los gobiernos saben producir, ni es su misión.
¡No!, mucho se equivocan, nada puede terminar. Pero sí quedarán “elefantes blancos” y una gran duda en el cerebro de todos los ecuatorianos.
¿Qué es lo que quieren o mejor qué es lo que quisieron estos noveleros? ¡Corazón de Jesús, salva al Ecuador!