La democracia es una forma superior de gobierno porque se basa en el respecto del hombre como ser racional, pero fundamentalmente en el respecto de sus libertades y derechos. ¿Cuál la razón para esta reflexión? La persecución implacable, a manera de una cacería humana, de la que son presa los señores Jiménez, Villavicencio y Figueroa, por supuestas injurias a ‘Su Majestad’, que viola todos los principios de equidad y de justicia y, en consecuencia, los derechos humanos.
Señores del Gobierno: esa poderosa maquinaria e impresionante aparataje de policías y canes amaestrados deben utilizarla en la caza y captura de miles de delincuentes que mantienen en zozobra a todos los ecuatorianos. Esos criminales, que roban, violan y matan sin la menor compasión, deben ser objeto, ellos sí, de persecución y captura, para ser juzgados con dureza y encerrados en prisión de por vida. Hacia allá dirijan y empleen esos recursos para acabar con esa lacra social. Razones nos sobran para estar angustiados.
Los ecuatorianos anhelamos paz y tranquilidad, pero con una verdadera justicia, no la que está al servicio únicamente de los poderosos, con jueces sumisos, serviles e incondicionales.