La señora Silvana Larrea Oña, Gerente de Comunicación Social CNT, suscribe un comunicado institucional con el que se refiere a mi carta “Perjuicio y burla de la CNT”. Señala que “los clientes asumen el compromiso de pagar los servicios al suscribir contratos con la empresa” y que “si la deuda no les pertenece se realizarán las enmiendas respectivas”. Esos enunciados no se cumplen con los innumerables perjudicados con los bautizados como “teléfonos Dummy”. Mi caso es testimonio de ello: inexplicablemente aparecieron facturas a mi nombre por un teléfono en una población de la Costa. Estaba con coactiva y tuve que pagar. Yo siempre he vivido y tenido mis actividades en Quito y no tenía dónde, ni porqué, ni para qué, contratar un teléfono en La Libertad. En la propia CNT me sugirieron reclamar y pedir la documentación, el contrato, pero como no lo encontraron, porque no existía, porque yo nunca lo había firmado, entonces sostuvieron que las facturas sí estaban a mi nombre y punto, fin del reclamo. Es decir perjuicio y tomadura de pelo. Tal vez por eso utilizan el burlón anglicismo de “teléfonos Dummy”.