El pecado

Algunos pensadores modernos han borrado del diccionario la palabra “pecado” y han disfrazado las viles acciones bautizándolas con nombres nuevos.

Los hombres modernos ya no cometen pecados. Lo que antes se llamabaadulterio, hoy se llama “aventura”, sin connotaciones pecaminosas, sino más bien como una nueva experiencia digna de vivirse.

Las personas ya no roban sino que cometen fraude o malversan fondos. Las mentiras ya son parte consustancial del lenguaje humano moderno. La codicia ha cedido paso a la natural ambición y al deseo de buscar el buen vivir de la especie.

El deseo literal de matar al prójimo se ha transformado en mera intención de hacerlo, pero tan sólo con la indiferencia.
Ante esta nueva realidad, si el pecado desaparece, ya no hay motivo para el perdón, para el arrepentimiento ni para la misericordia.

Nos hemos convertido en dioses de barro. Hemos condenado al verdadero Dios para justificarnos a nosotros mismos.

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