El Gobierno nacional nos sorprendió a todos, al anunciar un verdadero ‘paquetazo arancelario’ que comenzó a regir desde el miércoles 11 de marzo por un lapso de aproximadamente 15 meses; colocándose abruptamente sobretasas arancelarias a cerca de 2 800 partidas que representan el 33% de las importaciones nacionales; con la medida –a decir de las planificadoras autoridades- se pretende reducir el volumen de importaciones en un monto aproximado de USD 2 000 millones.
¿Qué se busca con este tipo de medida? Más que ser una política de corte fiscal, se trata de una estrategia de tipo comercial, porque el régimen está convencido de que nuestro problema es la falta de divisas y que nada tiene que ver el gigantesco gasto público (cercano al 40% de lo que producimos nacionalmente, cuando éste no supera el 30% en economías más libres, menos intervenidas y más desarrolladas).
¿Se pudo haber hecho algo para evitar este ‘paquetazo’ que impactará en los bolsillos de los ecuatorianos? ¡Por supuesto que sí! Se debió haber ahorrado solo el 5% de los más de USD 200 000 millones manejados presupuestariamente por este gobierno (habríamos tenido un “neoliberal, ortodoxo, conservador y prudente” fondo de USD 10 000 millones).
Se debió haber firmado más acuerdos comerciales con EE.UU., Canadá, Corea del Sur, con lo cual habríamos atraído más inversión extranjera a nuestro territorio.
No se lo hizo y ahora la factura la pagaremos todos los consumidores ecuatorianos. Porque hay que decirlo claramente: al haber menos competencia de productos importados, habrá monopolios locales de productores nacionales que podrían encarecer el precio de los bienes al consumidor, por más controles socialistas que se realicen.
Pablo Zambrano Pontón