Salí esta mañana a tomar el bus de las 07:40, pero lamentablemente había pasado a la hora exacta, así que me tocó esperar 7 minutos (en cumplimiento al horario y frecuencia establecidos para horas pico), al llegar el bus este se detuvo en esta parada 30 segundos porque venía ligeramente adelantado a su tiempo, la unidad estaba limpia por fuera y al ingresar la azafata me saludo gentilmente y cancele los USD 0,50, el conductor vestía casualmente y se veía elegante: por dentro, la tapicería y los vidrios relucían, la música era de lo más agradable para casi todos los gustos y aun volumen adecuado que permitía conversar, a pesar de que estaba lleno algunos pasajeros íbamos de pie holgadamente, continuó recogiendo y dejando pasajeros en las paradas estipuladas, sin sobrecargar de pasajeros. El recorrido hasta mi lugar de destino fue plácido a una velocidad moderada sin exceder los límites de velocidad y sin competir con otros buses de otras cooperativas que cumplen por la misma ruta. En las paradas el conductor permitió que primero desciendan los pasajeros y luego esperó pacientemente que aborden los que esperaban, en una parada se subió un grupo de personas mayores y el conductor mantuvo detenida la unidad con toda la calma para que suban y consigan un asiento. En ningún momento se sintió un arranque, una maniobra o parada abrupta. Los pasajeros subían por la puerta anterior y descendían por la puerta posterior, no se quedaban en las puertas dificultando el ingreso o salida ni con una actitud sospechosa. Jamás la unidad se pasó un semáforo en amarillo y peor aún en rojo, respetó todas las señales de tránsito, utilizó el pito solamente una vez cuando un peatón obcecado en su celular por poco cruza sin ver. Al bajar noté que el motor era muy silenciosos y casi no salía humo por el tubo de escape, hasta ahora pienso que esto fue solo un sueño.