La mayoría ha votado para que se prohíba matar toros, y ahora los organizadores los matarán en privado. Que se prohíban los juegos de azar y nadie conoce como controlarán los sitios clandestinos, que siempre han existido. Por el lado del Gobierno, se critica el infantilismo ecológico, que sí, existe en personas cuadradas, pero se cae también en prohibiciones infantiles como el consumo de licor. Finalmente, todos queremos prohibir para tapar la falta de planes sistémicos de control a mediano y largo plazo. Señor Presidente, existimos muchos ciudadanos que estamos de acuerdo con muchas acciones que se han tomado en este Gobierno, pero nunca estaremos de acuerdo con prohibiciones que quieren tapar el sol con un dedo, con la infantil idea de pensar que la especie humana cambiará su proceder imperfecto, con el solo hecho de prohibir. No olvidemos lo que le sucede a un padre, si solo prohíbe y si no practica el control y el diálogo, ante la educación de un hijo adolecente.