Intentaré ser más ecuánime y pragmático. La reelección presidencial no es bien vista incluyendo al presidente Correa. Por ello, describo dos escenas de la vida diaria y que el amable lector analice desapasionadamente: la una, liderando en el centro de la mesa un banquero tradicional en el ambiente financiero; a su diestra, un ex-Presidente destituido por el pueblo, enemigo natural de este grupo de élite, su hermano inseparable; al otro lado, un excoronel resentido con los anteriores; a renglón seguido, la señora Tibán con su acostumbrado vocabulario poco comedido, atrás de la escena pero no aparecen, un Alcalde vitalicio con “madera de guerrero” y dos expresidentes destituidos con bajo perfil y complementado este selecto grupo con personajes de poca relevancia. Conclusión: un pacto raro al puro estilo antiguo de la partidocracia. La otra escena, un cuadro de AP en germinación, poco entusiasta y relativa solidaridad con el Presidente. En este escenario pobre es imposible que madure un relevo del Presidente. La pregunta es: ¿tenemos otra alternativa, dejaríamos en manos de estos personajes el destino del país? Pienso que no.