Esta oposición política frágil, cansona, aberrante, fanática y ciega, víctimas de sus propios errores, no acaba de aceptar una crónica de muerte anunciada, nadie medita y aplica estrategias para combatir a Correa. Él ha revolucionado los conceptos, destruyó los mitos, merece críticas, no reivindicó nada a editorialistas que le tratan despectivamente y dedicados a minimizar la imagen de Correa, así no es la libertad de expresión.
El Ecuador sigue siendo feudo de cuatro personajes dueños absolutos de la vida y futuro del ecuatoriano.
Correa es parte del concierto latinoamericano, es una estupidez no creer en el nuevo proyecto revolucionario, es una pena la indiferencia y el poco interés para analizar esquivamente la vida de ex gobernantes latinoamericanos, ex guerrilleros, tupamaro, abanderados de la “izquierda-izquierda”, auspiciadores a ultranza del sentido común, piden masificar la cultura, innovar tecnología, la investigación es prioridad, atraer talentos, vender inteligencia, evitar ese marasmo burocrático. La oposición debe ser conciliadora, si no puede con el enemigo, asóciese, coquetear a las mayorías desprotegidas, buscar la justicia social y la redistribución del ingreso, sugerir políticas.
Mujica, un ejemplo de vida, vive como predica, no tiene seguridad privada, su mujer otra guerrillera le arregla el cabello, es sencillo, no usa corbata, sabe reír, no tiene úlcera y rechaza vivir en la opulencia.
Ahí su popularidad, está envejeciendo dignamente y pide que todos los gobernantes tengan bolsillos de cristal y cree que los pueblos sin alma son solamente multitudes.