Sin duda alguna, el fútbol ha sido pasión de multitudes por más de 160 años, se ha convertido en una razón para festejar, sonreír, alentar, desquitarse de todo lo malo que a uno le pasa con gritos, insultos, abrazos, lágrimas y, claro está, con una Pílsener bien fría en la mano. Claro que el fútbol nos ha traído alegría y esperanza, pero en la mayoría de los casos, por no decir en todos, ha provocado disputas y enfrentamientos entre rivales. En fin, a pesar de todas las cosas malas, nunca vamos a dejar de ser hinchas, al menos por la Selección ecuatoriana siempre vamos a sentir esa pasión que nos traerá alegría y emoción, y que por un momento nos hará sentir que todo el país ha logrado ser reconocido.
“¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales” (Eduardo Galeano).