El terremoto y el estrés postraumático

Ante los duros y penosos momentos que atraviesan nuestros hermanos por el terremoto en la Costa ecuatoriana, se debe aclarar que quienes han sobrevivido luego de haber afrontado el momento del sismo, comienzan a presentar un trastorno ansioso depresivo denominado estrés postraumático.

Este se caracteriza, entre otros, por un recuerdo sin control de los momentos trágicos, sentimientos de ira, falsa inutilidad, insomnio, irritabilidad, hiperactividad, depresión profunda, confusión y pesadillas terroríficas. Este trastorno debe tratarse máximo dentro de los diez primeros días luego de la tragedia. Debe tratarse fuera geográficamente del lugar en que ocurrió el trauma, pues si se lo hace en el mismo lugar existe una “retroalimentación afectiva negativa y proyecciones y/o vivencias intensas y permanentes” y no es terapéutico. El tratamiento es combinado: psicológico y psiquiátrico. Al paciente con estrés postraumático hay que tratarlo de una manera intensiva y urgente ya que si en los 8-10 primeros días no se trató van a quedar secuelas difíciles de curar.

Lamentablemente, el Ecuador tiene un descuido total en infraestructura y más en salud mental. Pero se puede acomodar espacios en hospitales, clínicas generales, públicos y privados y que estén fuera geográficamente donde ocurrió el evento, para que sean trasladados los pacientes. También se puede recibir en domicilios previamente evaluados para que los pacientes reciban en esos lugares la atención del personal de salud mental.

Cuando el paciente ya se encuentre estable se podrá dar el alta y evaluar con especialistas al lugar que debe volver y manteniendo un tratamiento permanente. Muchas veces las secuelas por estrés postraumático son más graves que la que la que la originó.

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