Querido señor Alcalde, permita que lo salude de esta manera en reciprocidad a la gentil manera de dirigirse a nosotros, como “Queridos Quiteños”, y lo hago para felicitarle por establecer espacios adecuados a los artistas urbanos para que puedan expresarse.
Sin embargo, por qué no aprovechar a estos mismos artistas para que contribuyan en una especie de concienciación a la juventud acudiendo por ejemplo a escuelas y colegios en coordinación con el Municipio para motivar a los jóvenes a abandonar de una vez por todas la pésima conducta de rayar las paredes de la ciudad y enseñarles que hay una diferencia abismal entre grafiti y garabato.
Por qué no hacer una campaña: “borrón de garabatos” y recuperar la belleza de Quito.
Querido Alcalde, el Centro Histórico es la sala de nuestra casa visitada por miles de turistas y desgraciadamente está garabateada en la mayoría de sus calles. Se ven nuevamente letreros, gigantografías y publicidad en locales comerciales que ya no estaba permitida y se debería controlar. Estoy segura de que con su fineza y poder de convocatoria en este sentido lograrán que Quito vuelva a brillar.