El debate de la semana anterior nos dio la oportunidad de descubrir a un acérrimo defensor de los fondos del IESS, el economista Ramiro González. Indicó que la razón para separarse del Gobierno fue la decisión de Rafael Correa de suspender el pago del 40% para las pensiones jubilares. Ante el desconocimiento del Mandatario de temas actuariales, porque el superávit del IESS de hoy no podrá evitar el déficit actuarial mañana, prefirió dar un paso al costado. Hasta aquí, todos con Ramiro González.
Sin embargo, basta revisar un boletín de prensa del 15 de octubre de 2010 para encontrar que el entonces presidente del Consejo Directivo del IESS -Ramiro González- informaba a la prensa que esa institución habría invertido USD 1 500 millones entre bonos adquiridos al Estado (1 050 millones) y préstamos a los sectores eléctrico y petrolero. También, informó que el IESS invertiría en el bloque 31, ubicado en el corazón del Parque Nacional Yasuní, lo que desencadenó el rechazo de grupos ecologistas.
Hoy, luego de haber sido el blanco favorito de la burla presidencial en el debate, le preguntamos a González ¿fue buena idea autorizar esas inversiones para complacer a Correa?