Francamente la paciencia tiene un límite. Yo entiendo los límites cuando el atosigamiento a la paciencia es racional. Este tipo de atosigamiento proviene de personas maduras que pretenden lograr un objetivo. Los límites en estos casos los ponen la sensibilidad de quien atosiga, donde es posible notar su bagaje cultural y su madurez. Pero hay otro tipo de atosigamiento, y, es el ejecutado por personas inmaduras, incultas, mediocres, que pretenden que el interés particular, sea político o personal es el interés de todos. Las disputas internas de un partido o movimiento político son solamente eso, jamás en la vida pueden representar interés general en ningún país. Solamente los mediocres, dogmáticos y fanáticos pueden pretender que el interés nacional gira alrededor de ellos. Ya estamos hartos de leer y escuchar inmadureces y vanidosos autoelogios, hartos de evidenciar que el país se utilizó para satisfacer vanidades y ambiciones personales. Hartos, en fin, de constatar que se impuso funcionarios sin las calificaciones necesarias, exhibiendo exclusivamente afinidades ideológicas interesadas, para terminar evidenciando que hay personas que ejercen la labor de jueces en ciertas superintendencias, sin distinguir lo que significa ser juez y parte, hartos de constatar que la Fiscalía acusa por delitos menores, casi, casi, como si a alguien que compra un arma para matar a alguien, luego de que cometa el asesinato, se lo juzgue por haber comprado el arma.