Ahora aseguran que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) tendrá suficiente dinero como para soportar las jubilaciones de las amas de casa, la atención médica de los hijos y cónyuges de los afiliados… apenas con un mínimo de aportes.
Dicen también que como está tan solvente no se subirán los aportes en 25 años, que no se necesita el 40% del Estado.
Pero hace poco tiempo, cuando las mujeres solicitábamos una ley justa que nos permita acceder a una jubilación especial voluntaria, luego de 30 años de aportar sumas que sí son importantes, dijeron que NO porque el IESS iba a quebrar y la dejaron en el limbo.
Los mismos que nos negaron este justo derecho ahora dicen que las arcas del IESS están a reventar.
¿A quién creer? ¿En quién confiar? Este tipo de contradicciones son claras señales de que la demagogia está ganando terreno.