Cien primeros días

Qué gratificante es el que un ciudadano común y corriente -como es mi caso y el de la mayoría de habitantes de la ciudad de Quito- me alegre y sienta satisfecho por haber contribuido con un granito de arena en la campaña y con mi voto y posterior apoyo a Mauricio Rodas y su equipo de trabajo para la Alcaldía de la Capital de la República.

No nos ha defraudado, ha cumplido con lo ofrecido y quizá un poco más, algo que es muy raro entre la mayoría de políticos de nuestro país. Su actitud de estar siempre junto a la gente, en todos los barrios y comunas dialogando, escuchando, tomando medidas y rodeado de colaboradores igualmente demócratas y honestos, lo diferencia del político al que nos estábamos “acostumbrando” y al que rechazábamos.

No hay cientos de escoltas que lo cuiden pues no los necesita, no insulta ni se burla de nadie ni de nada, dialoga con sus “rivales” políticos, además de con el pueblo.

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