'Alzhéimer político'

La enfermedad de Alzhéimer no es una forma normal de envejecimiento, pero representa el 60 u 80% de la demencia senil. Se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro con pérdida de la memoria -olvido de las cosas- y deterioro intelectual.

El ‘Alzhéimer político’ no consta en los tratados de medicina pero sí en la cabeza de los diputados.

En la actualidad, la patología está directamente relacionada con una ley llamada “De Repetición” que significa por ejemplo que, los exdiputados que en 2004 votaron por el cese ilegal de los magistrados del Tribunal Constitucional y Corte Suprema de Justicia, tienen que resarcir al Estado el dinero que pagó a los mismos por orden de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Como el monto es voluminoso y hay algunos comprometidos por estar en funciones, simplemente se olvidaron, ¡ninguno tiene la culpa! y ya cada cual va con su propio argumento conducente al “Yo nuisido”.

Con estos antecedentes, a los centenares de médicos que nos cambiaron del Código del Trabajo a la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa sin consultarnos ni liquidarnos y luego nos despidieron del IESS ilegalmente, alguien tendrá que pagarnos por ‘Repetición’.

Y qué decir del Yasuní y sus 9 820 kilómetros cuadrados en Pastaza y las reformas a la Constitución política pasadas por enmiendas con el visto bueno de los jueces y el voto de 99 ciudadanos.

Ya deberían los miembros de la ‘oposición’ empezar a seleccionar los psiquiatras que determinen esta mutación del Alzhéimer y hallar la fórmula para elaborar las boletas de captura antes de que los ‘enfermos’ se corran como Pedro.
Con las instancias internacionales no hay payasadas y algún día el Estado deberá cancelar sus deudas dividiendo los montos para 99. Al menos de una se salvó el diputado Fernando Bustamante. 

Suplementos digitales