Debo confesar que no soy un taurino, he ido a ver los toros dos veces en mi vida pero no por eso debo imponer mi criterio a todos los ciudadanos que gustan de la Feria de Quito, la misma que luego de 59 años ha dejado de existir.
Pero hay que hacer acuerdo ahora más que nunca que el tema de los toros no es solo la fiesta brava, de ella se beneficiaban los que criaban toros, los veterinarios, los vendedores de cientos de artículos, taxistas, hoteleros, es decir una cadena de personas que se beneficiaban de la temporada.
La fiesta brava es una tradición española pero les recuerdo a los ignorantes que el Himno a Quito dice: Oh ciudad española en el Ande, oh ciudad que el Incario soñó porque te hizo Atahualpa eres grande y también porque España te amó.
Si era una tradición mutilada por una consulta convocada por Correa y la decisión de gente que no analizó para ejercer su voto sino solo por seguir a un gobierno. Ahora asuman las consecuencias de que la principal atracción de las fiestas de Quito para nacionales y extranjeros ha dejado de existir.