Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. Pero en realidad, nadie te ha ofendido, son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias.
Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes porqué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre ideal debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman. Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente.