El Municipio capitalino ha emprendido obras de envergadura, en su afán de dar salida a los problemas de movilidad. Pero algunas soluciones están causando el malestar de vecinos que se sienten afectados. Particularmente conozco el caso del Quito Cables, entre la Ofelia y la Roldós, y el intercambiador de la Plaza Argentina con el viaducto paralelo al túnel Guayasamín. Por ello, se deduce que los proyectos no fueron debidamente socializados.
Además, saltan las preguntas: ¿Se realizaron los estudios de alternativas para la selección del transporte entre la Ofelia y la Roldós? ¿Por qué se desecharon los diseños del túnel paralelo al actual cuyos estudios están listos hace más de una década y cuyo presupuesto es menos de la mitad del actual viaducto? El señor Alcalde de Quito debe dar una respuesta adecuada a estos planteamientos y otros que pudieran existir, porque la ciudadanía demanda transparencia en los procesos públicos.