Estoy totalmente de acuerdo con el artículo. Coincido del señor Pablo Ortiz García. Me parece que resume muy bien, y sucintamente, la verdadera naturaleza del matrimonio. La verdad es que existen formas legales para las uniones de personas del mismo sexo, por lo que no se necesita que se redefina el término matrimonio, que ya en Roma (antes de la aparición del cristianismo) se definía como “unión entre un hombre y una mujer”. Me parece conveniente resaltar aquí la admirable resistencia del pueblo francés, el país laico por excelencia, a la “redefinición” del matrimonio impulsada por el socialista Hollande. Son ya tres las manifestaciones masivas (de cien mil a un millón de participantes) que ha realizado pacíficamente el pueblo francés para proteger la familia. Cabe recalcar que son las manifestaciones más grandes que han sucedido en Francia desde la revuelta estudiantil del 84.
Son muestras de que se está dando la vuelta la tortilla. Los socialistas han perdido toda su fuerza, y los nuevos revolucionarios están a favor de la vida y la familia.