Tomando esta frase de un partido político: “la nueva era”, me parece que estamos llegando al límite de la tolerancia en relación a los casos de defraudación de fondos del Estado: peculados. Comenzó, con el caso Dahik, y posiblemente seguirá con Bucaram, Mahuad e Isaías.
La impunidad en la justicia ecuatoriana se inició. Qué fácil es decir para los jueces que no existen pruebas, cuando estas han desaparecido por obra y gracia del tiempo y de los cómplices que se encargaron de hacerlas perder. Pero lo más espectacular es la audacia de los acusados para expresar que van a demandar a quienes hicieron público sus abusos de poder en su momento.
La sociedad ecuatoriana lastimosamente es olvidadiza, lo cual es muy pero muy grave.
¿Cuánta gente está recluida por faltas muy pequeñas?, pero estos casos en los que la defraudación fue de miles de millones de sucres y dólares se los convierte en casos de “persecución política”.
Es esta la “nueva era de la impunidad y justicia?”, como dice el mismo presidente Correa….: “Prohibido olvidar”.