No hubo paralización

El FUT, la Conaie y el refuerzo de los politiqueros de extrema derecha y de extrema izquierda fracasaron en su intento por paralizar el país, el 13 de agosto. Las actividades públicas y privadas se realizaron con total normalidad; seguro que ni siquiera las dos ferreterías de propiedad del padre de uno de los dirigentes del “paro” dejaron de atender al público. Sí hubo violencia contra varios policías, y atentados contra bienes públicos y privados; amén de cierres de ciertas carreteras. Los autores intelectuales y materiales de aquellos delitos deberán ser enjuiciados penalmente, a fin de que reciban las penas que su conducta delictiva la merece. Poner a los violentos a órdenes de la administración de justicia penal no es “criminalizar la protesta social”, como son acostumbrados a decirlo quienes viven de la politiquería. La oposición al Gobierno de la revolución ciudadana que lidera el presidente Rafael Correa siempre ha tenido y tendrá el legítimo derecho a manifestarse, mientras lo haga en el marco de la Constitución y de la ley.  

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