Soy morador de Pusuquí y con mucha preocupación veo lo que ha sucedido con la construcción del intercambiador de El Condado.Gracias a la brillante idea de los señores del Municipio que se les ocurrió realizar un paso deprimido de oriente a occidente y viceversa, tal construcción duró año y medio, la misma que ocasionó el congestionamiento a niveles de histeria colectiva, ya que las colas de autos llegaban, sin exagerar a los 6 km. Y para recorrer los 6 km se empleaba de 45 a 60 minutos. Hoy el problema continúa, las colas son de 3 km aproximadamente y una demora de 20 a 30 minutos. Se quiso mejorar la movilidad, pero a los señores del Municipio, como siempre, se les ocurrió “otra fantástica idea, poner semáforos en el famoso redondel”, que en muchas ocasiones están en rojo y no pasa ni una sola persona ocasionando nuevamente la congestión, de la que pensamos, luego de padecer tanto ya estaba superada. ¿Será que al Municipio se le ocurre otra excelente idea? Luis Hernán Mosquera Andrade ¿Que los ricos coman estiércol? Me parece imprudente e inoportuno el comentario que hizo la presidenta de la asamblea nacional, Gabriela Rivadeneira, ya que no especifica qué tipo de rico debe comer basura. Si el rico honesto o el rico deshonesto.
Si ella se refería a los banqueros que desfalcaron y quebraron la economía en 1999 o a los políticos que han hecho dinero de la noche a la mañana aceptando sobornos y participando en actos de corrupción, perjudicando a todo un país, estoy totalmente de acuerdo.
Pero si ella se refería a la gente de clase media alta, que trabaja 14 horas diarias de lunes a domingo, sacrificando feriados, fines de semana, que apenas duerme cinco horas, para brindar futuro asegurado a sus hijos, me parece un desacierto.
No se puede generalizar que toda persona que tiene negocio propio, profesional acaudalado o de clase media alta, ha sido banquero sinvergüenza o político corrupto. Hay que preguntarle a Rivadeneira si el comentario se refería al rico deshonesto o al rico honesto; al banquero corrupto o al comerciante que hizo una relativa fortuna en base a su sacrificio, esfuerzo, sudor, dolor y lagrimas. Este tipo de comentarios pueden fomentar resentimiento y dividir a una sociedad.