Jóvenes estudiantes del Central Técnico han salido a reclamar por un cambio del nombre de la institución, se exageró, lo cual no compartimos. No han salido a protestar ni a favor ni en contra del Gobierno, lo cual demuestra que no es asunto político.
Se cometió una falta, como en épocas anteriores. Para enmendarlo, ¿será necesario que se les prive de su libertad por 30 días y se les quiera acusar de rebelión, para sancionarlos, con años de prisión? En la protesta han participado más de un centenar de estudiantes y al momento están detenidos 12, algunos cumplían sus 18 años hace días o semanas del 22 de febrero. Han pasado encerrados en el CDP, lugar donde nunca deben ni merecen estar, porque pertenecen a familias humildes, trabajadoras pero honradas, con valores y sobre todo con nobles sentimientos.
Han pasado 10 días de martirio, angustia, desesperación, dolor, ¿acaso serán necesarios más días para remediar la falta? ¿Por qué no devolver la tranquilidad, la alegría, la esperanza, la ilusión, la libertad a los jóvenes estudiantes para que culminen sus estudios y logren graduarse para ingresar a la universidad y puedan aportar y engrandecer a nuestro país, como siempre lo han hecho los egresados de esta noble y gloriosa institución? ¿Quiénes somos para prohibirles una nueva oportunidad, quién no ha cometido un error en su vida? No somos perfectos… Solo Dios.