El espíritu y gestión que dio origen a los festejos por el aniversario de la fundación de Quito, que fue menguando con los años, hoy se ha perdido para siempre.
En cada cuadra, por iniciativa propia, los vecinos organizábamos de múltiples maneras eventos auténticos para festejar a Quito. Hoy el Municipio se apropió de la fiesta y con cerca de 400 eventos pone a bailar y festejar al pueblo, muy al estilo de lo que en su tiempo los Césares romanos regalaban a la plebe para mantenerlos contentos. “Pan y circo”.
Creo que ya es hora de que se analice este derroche de recursos y tiempo, dando paso a un ajuste real de la celebración de la fundación de Quito desarrollando los mínimos eventos formales y festivos en apenas dos días, dejando de lado los excesos, el pan y circo que revisten una faz mas política clientelar.