Un mundo loco

Desaniman totalmente los momentos políticos y sociales que vive la humanidad. De la riqueza del mundo, el 50% está en manos del 1,5% de la población. Y el restante 50%, bien gracias, usados, abusados, tratados como esclavos, guerras brutales por doquier, carteles de la droga que llegan a extremos diabólicos como quemar a 43 alumnos mexicanos; gobiernos por el mundo que se enriquecen a plena luz del día o aprovechando la oscuridad de sus oscuros negociados.

Demagogos de último cuño que creen que dar conferencias en platós de TV o en esas organizaciones creadas para enseñar gobernabilidad por ciertos países como Venezuela, con dinero de su pueblo, están capacitados para gobernar. España, por ejemplo, con la nueva novelería de Podemos, donde por otra parte, la corrupción campea. Crímenes de Estado que se disimulan con suicidios (el fiscal Nisman en Argentina) y así un mundo totalmente loco, sin olvidar la agresión a la naturaleza.Hoy, los revolucionarios del siglo XXI que se dicen de izquierda quieren controlar la sexualidad a través de un organismo dirigido por una inteligente mujer del Opus Dei, que en sí mismo no tiene nada de malo más allá de ser extremadamente conservadora. Y te preguntas cómo, en un Gobierno de izquierda, la sexualidad y los valores son manejados por la derecha conservadora del señor Presidente. Nos mandan a abstenernos como forma de evitar embarazos no deseados, se va a penalizar el aborto, se prohíbe la pastilla del día después, no se sabe qué pasará con el colectivo LGTB. ¿La abstinencia también será personal? ¿Qué hacer? No sé. Creo que así mismo es la condición humana y por eso recuerdo estos sabios pensamiento de Rui Barbosa, filósofo y político brasileño:
De tanto ver triunfar las nulidades / de tanto ver prosperar la deshonra / de tanto ver crecer la injusticia/ de tanto ver agigantarse los poderes en manos de los malos / el hombre llega a desanimarse de la virtud / a reírse de la honra / a tener vergüenza de ser honesto.

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