Me refiero al montaje fotográfico aparecido en la esquina superior derecha de la página 4 de la edición del reciente viernes 6 de noviembre de Diario EL COMERCIO.
Solo dos comentarios:
1.-Mi gobierno no dejó deuda alguna al siguiente gobierno ni por causa de la Oxy ni por ningún otro concepto, como afirma el montaje (Deuda Soberana). Por el contrario, las medidas petroleras de mi gobierno, todas ellas coherentes entre sí, generaron grandes beneficios económicos para el Estado ecuatoriano. El mismo año 2006, desde mayo, fecha de inicio de su vigencia, hasta diciembre, dos de ellas, incluida la caducidad de la Oxy, significaron ingresos no menores a 2 000 millones de dólares; un cálculo aproximado de los primeros tres años, (2006, 2007 y 2008) con el precio bdp de USD 140 durante parte del 2008, el ingreso económico superó -probablemente- los USD 12 000 millones, cantidad que jamás habría ingresado al país sin esas medidas, y que debió seguir incrementándose los siguientes años hasta la crisis reciente. Debe entenderse que aún, desde el punto de vista único de las finanzas públicas, el mejor negocio fue tomar esas medidas, así como no tomarlas, habría sido el peor.
2.- El único honroso antecedente histórico de la decisión que tomé de recuperar nuestro petróleo de manos de la Oxy, fue la decisión del presidente Salvador Allende al recuperar el cobre chileno. El razonamiento jurídico de la medida y la estrategia que utilicé para desarrollar mi política petrolera la he expuesto muchas veces y es una información que está a disposición de quien la quiera encontrar, incluyendo entrevistas recientes (ver información entrevista 28 de octubre Diario EL COMERCIO todavía inédita).
El periodista puede no estar de acuerdo ni con mi política petrolera ni con las medidas que tomé con la Oxy. Está en su derecho si demuestra sus razones. Lo que no puede hacer, es afirmar que esta medida perjudicó económicamente al Ecuador. Desde el punto de vista estrictamente financiero, -que es lo medular del trabajo periodístico en cuestión- la caducidad de la Oxy fue el mejor negocio, así como no hacerlo, habría sido el peor.
Espero, Señor Director, la publicación de esta carta en el espacio que corresponda a la importancia nacional del tema y a la necesidad de aclarar el error histórico que es capaz de provocar.
Ratifico al Señor Director las altas consideraciones de siempre.
Nota de la Dirección:
La página señalada es de humor político. No hay montaje fotográfico, pero si de su texto, como es obvio suponer.