Estuvimos de acuerdo cuando se lanzó la idea de construir el Metro para Quito, pues significaba dotar a nuestra querida ciudad de un medio de transporte moderno.
Al mismo tiempo, nos asaltó una gran preocupación: a lo mejor su ejecución podría atentar contra algo que constituye un motivo de orgullo para todos los ecuatorianos, la excepcional, hermosa y sin par arquitectura de su Centro Histórico, por la que la capital del Ecuador fue designada Patrimonio de la Humanidad. Felizmente, como resultado del estudio de prospección realizado durante el Seminario Internacional del Metro de Quito, conocemos que bajo la plaza de San Francisco, donde estarán situados el andén y la parada del Metro, no hay vestigios arqueológicos importantes, ni coloniales ni incaicos. Nos sentimos tranquilos por cuanto no se afectará el patrimonio cultural del Centro.