La carta del Gobernador de Morona Santiago pidiendo al presidente Correa que despida a los que él define “malos funcionarios” por su disidencia al no concurrir a la contramarcha del 22 de marzo es un poema de perfidia e infamia política.
Me recuerda cuando en la primaria cometíamos una barrabasada y algún condenado compañerito corría con el chisme al Director de la escuela,
para conquistar su benevolencia. Esta carta desnuda de cuerpo entero la “estrategia política” aplicada para la ocasión: el que no contramarcha se marcha del carguito -que el Gobierno repartió entre sus simpatizantes a cambio de su apoyo incondicional- poniendo en predicado y contradiciendo contundentemente lo que el mismo Presidente ha proclamado sobre la participación espontánea y masiva de solidaridad hacia su gestión.
¿No nos atosigan con el eslogan rancio y trillado de que “La Patria ya es de todos”? ¿O es solo de los de Alianza País?
Si yo fuera el presidente Correa despediría al Gobernador. Con amigos así, para qué tener….. opositores.