La dimisión de Benedicto XVI y la elección del papa Francisco han traído consigo una oleada de noticias, artículos de opinión, cartas al director, comentarios en las redes sociales. Muchas de ellas de carácter informativo, otras con un enfoque crítico y negativo, pero otras tantas llenas de cariño y respeto.
Esta gran cantidad de noticias y comentarios sobre la Iglesia ponen de manifiesto que la Iglesia Católica es una institución cuya vida no sólo importa a los católicos, sino a muchas personas que profesan otros credos, e incluso a aquellos que se declaran agnósticos o ateos. Todo esto muy a pesar de aquellos que sostienen que es una institución decadente, que ha dejado de ser importante para el mundo actual.
La Iglesia Católica tiene y seguirá teniendo interés para la humanidad, porque su fin es dar a conocer a todos los hombres y mujeres a una Persona: Cristo, ante quien nadie puede permanecer indiferente, y cuya vida y enseñanzas trascienden la historia y las culturas.