Me pesa el corazón

Me pesa el corazón hoy. Me duele Venezuela. Me duele Ecuador. Me duelen Siria, el Congo, la República Centroafricana, Sudán, Ucrania, Egipto, Iraq, México…

Ni qué decir de todos aquellos países en los que nuestros hermanos sufren a diario porque viven en condiciones de extrema pobreza, porque son sometidos al odio de los hombres en la forma del tráfico de personas, porque están atrapados en medio de la venganza y la sed de poder, porque son arrancados de sus familias y forzados a luchar una guerra inexplicable, porque mueren de hambre y de enfermedades fácilmente prevenibles, porque han perdido la esperanza.

Pero yo no la he perdido, aunque parezca que sí. No, yo aún tengo un corazón para luchar contra la desesperación. Si usted lo tiene, úselo. ¿Cómo? Si cree en Dios, rece. Si cree en sus hermanos, envíeles todo su amor– de alguna manera lo recibirán. Si cree en sus líderes, pídales que no permanezcan indiferentes. Si cree en sí mismo, entregue su integridad al servicio a los demás.  

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