Navidad nos permite vivir tiempos de alta espiritualidad, el más grande acontecimiento en la historia de la humanidad, cual es el nacimiento de Jesús. Él es el centro de la historia; el antes y el después. Por Él y para Él fueron hechas todas las cosas. Por Él, nuestro espíritu se eleva a lo más alto del firmamento para mirar muy de cerca la estrella de Belén, seguir su trayectoria, y llegar hasta el humilde pesebre a contemplar extasiados al Niño Jesús; al Emanuel; al Dios con nosotros; al más grande regalo de amor. Abramos las puertas de nuestros corazones; y ofrezcamos su calidez, para que ellos sean la perpetua cuna en que more el Niño Dios. En un momento de silencio honremos y alabemos su santísima presencia. Hoy, ante el más pequeño entre los hombres; y a la vez ante el más grande entre ellos, exclamamos: ¡Gracias amigo Jesús por tu nacimiento!
NOTA: En el Editorial del jueves 19 pusimos que el IESS tiene 8 millones de afiliados, lo correcto es que son 8 millones de usuarios (afiliados y beneficiarios). Nuestra disculpa.