Trasladándome desde el centro al sur de la ciudad, abordado un taxi, al chofer le indico lléveme a El Recreo y con una voz enérgica responde; bájese no le puedo servir yo gano más haciendo carreras cortas, además de regreso me quedo atrapado en el tráfico; es realmente sorprendente escuchar muchas veces hasta insultos de los taxistas por pagarles con un billete de 10 USD, aduciendo que recién salen a trabajar. En algunas ocasiones pienso que el tiempo se acelera pero cuando miro mi reloj y veo el taxímetro estoy convencido de que si no está dañado se encuentra alterado.
Ni qué hablar del traslado al nuevo Aeropuerto Mariscal Sucre desde nuestra ciudad; ese es otro tormento y en muchas ocasiones prefieren no realizar la carrera manifestando que la tarifa establecida por la Secretaría de Movilidad del Municipio en comparación a la distancia no representa.
Es necesario empezar a entender que se trata de un servicio y no que tomar un taxi se convierta en un calvario para la ciudadanía.