La imagen de un gobierno, cuando se afecta por sus desatinos, revienta y se revuelca hasta desembocar en la insolencia del populismo. Se cubre con más desbordante clientelismo a cualquier precio. Desde que al medallista olímpico Jefferson Pérez le preocupó los malabares políticos del Ejecutivo, hoy lo recubren con otro actor.
El marchista cuencano se preguntó por qué el país gastó millones de dólares para elaborar una Constitución que al final estuvo mal hecha y pidió a Correa que tenga agallas. ‘Que diga que el sistema democrático no le sirve’.
Esta reflexión debió molestar tanto que pronto se buscó el recurso anti Jefferson. Un canal del Gobierno realizó un reportaje cargado de ataques, pero no suficientes para encontrar un algo antiolímpico. Se optó por buscar otro campeón para enfrentar campeón. Un deportista genial para hablar de deportes y apaciguar la política. El más grande de las pistas y todos los tiempos solo podía ser eclipsado por ‘Las manos del Ecuador’.
Las manos del campeonato con Barcelona y Liga de Quito, las que levantaron la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, las que atajaron a Romario y estuvieron en el Mundial de Japón, tendrán ahora que atajar el penal más arriesgado de todos. Salvar la portería de un equipo mediocre, con más de 11 ineptos en una cancha dañada y una banca completa de aduladores. Con un estadio lleno de aburrimiento, sin árbitros, muchos pasabolas y una hinchada incrédula con buen sueldo aún para estar avivando desde la tribuna.