Mamá es la primera palabra divina que pronunciamos, la primera imagen que penetra en nuestras pupilas y en nuestro corazón, cuando aún no sabemos que existimos, no conocemos el mundo que nos rodea, no sabemos cómo es la casa donde vivimos, no obstante ya sentimos la adorable presencia de nuestra madre, gozamos sin darnos cuenta y sufrimos cuando nos falta esa ternura insustituible.
La madre es la que dibuja la imagen de Dios en el corazón de sus hijos para que miremos hacia arriba, es la fuente del don precioso de la vida, es el punto de partida de nuestros conocimientos, nos da valores para definir nuestra vida, nos percatamos que ella es la más buena y hermosa, que a su lado nos sentimos protegidos, pueden existir comodidades mejores, por instinto de seguridad y conservación, no la cambiamos por la felicidad de estar a su lado.