He leído con preocupación el comunicado de la Cruz Roja Ecuatoriana, lo que constituye una ‘luz roja’, puesto que se nos hace saber que el Ministerio de Salud le pidió el traslado del servicio nacional de bancos de sangre al Estado. Después de las malas experiencias que el país ha tenido en salud pública, ya nos podemos imaginar lo que sucederá con la operación de los bancos de sangre, que es un asunto de vida o muerte.
Esta es otra de las tantas decisiones apuradas, sin planificación, destinada al fracaso, ojalá me equivoque. Este mal cambio significa desconocer a una organización mundial humanitaria sin fines de lucro, que en 101 años en el Ecuador, se ha constituido en una garantía para sus habitantes.
La Cruz Roja fue creada en Ginebra en 1863 por H. Dunant, para ayudar a heridos y víctimas de la guerra, sin tener en cuenta su procedencia. Se le otorgó en tres ocasiones el Premio Nobel de la Paz (1917, 1944 y 1963).
Señores del Gobierno, ‘la letra con sangre entra’.