En los pueblos pequeños, cuando hay un paciente en grave estado de salud, y ante el fracaso de la medicina tradicional para curarlo, dichos lugareños suelen acudir al chamán, como última instancia ante el delicado de salud del enfermo, en busca de una posible mejoría.
Tal parece que es el caso de los compatriotas de Tulcán, que en su desesperación por la aguda crisis económica que viven, producto de la devaluación del peso del país vecino, y ante la ausencia de buenas prácticas de economía del país, aprovechando la bonanza económica que tuvo el Ecuador por ocho años consecutivos con un barril de petróleo a 100 dólares, estos han pedido que acuda el Presidente de la República para tratar de solucionar sus problemas, cuál mágico chamán. Pero sabemos que el país se enfrenta a una dura crisis económica comparada solamente con la gran depresión de los años treinta de los Estados Unidos.
Esperemos a ver qué pasará en estos días y cómo saldremos de esta crisis económica.