En el último enlace ciudadano, el presidente del Ecuador, Ec. Rafael Correa, tras criticar un artículo publicado por Pablo Lucio Paredes, donde el académico solicitaba: “Más economía y menos política”, señaló algo que lo ha venido diciendo reiteradamente: “El neoliberalismo, del Consenso de Washington, es una ideología disfrazada de ciencia”.
Bueno, en primer lugar, no hay que confundir: “Liberalismo con neoliberalismo”, el primero, fue fundado como ciencia por el escocés Adam Smith, tras la publicación del libro ‘La riqueza de las naciones’, en 1776; y básicamente se trata de un sistema donde el individuo emprendedor, sin proponerse siquiera, termina beneficiando más a la sociedad que cualquier político: generando empleo y pagando impuestos para el sostenimiento del Estado. Y el segundo, es una hábil etiqueta utilizada por la izquierda a escala global, para desacreditar al liberalismo y caracterizar a los corruptos, que con el pretexto de las privatizaciones, despilfarraron los recursos públicos.
En Ecuador, salvo Eloy Alfaro y Galo Plaza, jamás se ha empleado Liberalismo económico. Chile y Perú, sí lo han hecho, y son las economías que más crecen, más reducen pobreza y las menos inflacionarias de la región.
No nos olvidemos, que los liberales, a través de Fischer, Friedman y Von Mises, fueron los primeros economistas en demostrar, científicamente, la relación que existe entre: aumento de la emisión monetaria e inflación. Precisamente, algo que se olvidaron los venezolanos; y hoy lo están pagando.