Desde el 9 de Octubre de 1920 cuando Guayaquil celebró los 100 años de su emancipación; la Columna de los Próceres y la Plaza del Centenario se convirtieron en lugar emblemático de la Urbe Huancavilca.
Con el transcurrir del tiempo tan importante ícono de la memoria histórica urbana de Guayaquil, de manera paulatina devino en sitio de reunión de antisociales, drogadictos y alcohólicos; individuos inescrupulosos que lo transformaron en auténtico lupanar público, al punto que ni la Columna de los Próceres Octubrinos y otras esculturas allí erigidas estuvieron a salvo de actos vandálicos.
Se creía que luego colocarse una verja de hierro en el perímetro de la Plaza del Centenario quedaría libre, más en la práctica esto no sucedió: Actualmente solo está abierta una de las cuatro puertas para el ingreso del público, para precautelar la seguridad de quienes llegan de visita al sitio; así como para evitar que sujetos inescrupulosos puedan robarse las piezas de las esculturas de bronce que allí se erigen, las que pueden ser comercializadas en talleres clandestinos.
Se deben abrir las cuatro puertas de ingreso al Parque del Centenario; solo si se garantiza la presencia permanente de elementos de la Policía a fin de mantener el orden; también debe implementarse una guardia por parte de la Policía Municipal Metropolitana; para asegurar la conservación de tan emblemático sitio de la Urbe.
Es hora de que las autoridades municipales competentes; inicien un proceso de regeneración y reconstrucción íntegro de tan histórico lugar, a fin de que encuentre adecuado para el 9 de Octubre del 2020 en que Guayaquil exalta el Bicentenario de su Independencia.