Es verdaderamente lamentable la inasistencia nacional al encuentro de presidentes en Colombia, la comunidad internacional está saturada de posiciones extremistas que no traen ningún beneficio a la relaciones multinacionales, existen ámbitos para enfocar las desavenencias entre gobiernos, hay canales diplomáticos para presentar los ‘impasses’ existentes, y canales diplomáticos para elevar las protestas pertinentes.
Lo del actual Gobierno no es nada nuevo, la búsqueda de notoriedad mediante posiciones antagónicas solo hablan de la falta de coherencia política entre el país y la mayoría de la comunidad internacional. Un aparente clima de confrontación y protesta que busca notoriedad para los protagonistas de las aparentes desavenencias, por otro lado -no menos importante- está el asunto de las negociaciones comerciales con la Unión Europea y las preferencias arancelarias con Estados Unidos, temas a los que no se ha dado la difusión mediática correspondiente a la magnitud de dichos temas, el asunto de la presencia de irregulares en la frontera norte y la amenaza a la seguridad interna tampoco ha recibido la difusión pertinente, seguramente por ser un asunto de seguridad interna y externa. Hay numerosos aspectos del acontecer nacional que no llevan mayor cobertura informativa, como el silencio referente a la valija diplomática, el problema de la migración ilegal y trata de personas, el monto real de la cuenta del tesoro nacional, las demandas pendientes contra el Estado a escala local e internacional, las implicaciones de la futura Ley de Comunicación, y la situación de las inundaciones que creo tienen mayor importancia que la asistencia o no a un encuentro de importancia regional donde dentro del país hay problemas apremiantes de las libertades individuales y colectivas sin resolver.