Dante Gebel un pastor argentino cristiano, dice que la humildad se basa en dos aspectos fundamentales: En lo que ofreces y en lo que te ofrecen. Otras acepciones dicen que la humildad es saber reconocer nuestros propios errores y aciertos.
Dicho esto, me quiero referir a la arrogancia de una autoridad municipal que dirige una Unidad Educativa en el sector norte de Quito, a quien solicité comedidamente a través de su secretaria me permitiera en no más de cinco minutos saludarle y conversar sobre aspectos de tipo pedagógico puntuales propios del quehacer educativo actual; sin embargo, y luego de una espera de aproximadamente 45 minutos salió de su ostentosa oficina y me dijo arrogantemente, “estoy muy ocupado, tenga paciencia y espere, tengo muchas cosas que firmar”. Como dato referencial debo decir que fuimos compañeros y se suponía amigos en la universidad, en donde servíamos a la juventud estudiosa quiteña. Estas petulancias me hacen presumir que de pronto le quedó grande el puesto y que no conoce que el servicio es lo que da poder y no servirse del poder para jactarse de cargos que son pasajeros y efímeros.
La Dirección de una unidad educativa es un tema gerencial que requiere del dominio de varios aspectos, esto es, planificación, organización, dirección y control para corregir los yerros que hacen daño a las instituciones sin dejar de lado el servicio al cliente, que si él no lo sabe le recuerdo es la sociedad cuyos principales beneficiarios en este caso son los estudiantes y sus familias.
Para terminar le ofrezco a este ciudadano una fórmula elemental de cómo debe actuar un maestro frente a tan delicadas funciones: conocimiento + habilidades x Actitud.