Para muchos no será una sorpresa la renuncia de Kintto Lucas como vicecanciller, se veía venir cuando tuvo que enfrentarse casi solo al TLC que se pretende con la UE.
De firmarse este draconiano tratado, se pondrán en peligro las posibilidades de desarrollo autónomo y de producción de bienes vitales. Solo algunos empresarios verán engordar sus bolsillos.
John Keynes, en 1933, al criticar los sueños del libre comercio señaló “yo simpatizo, por lo tanto, con aquellos quienes minimizarían, antes que con quienes maximizarían, el enredo económico entre naciones… dejen que los bienes sean producidos localmente siempre y cuando sea razonable y convenientemente posible, y, sobre todo, dejemos que las finanzas sean primordialmente nacionales”. Javier Ponce en el 2005 decía “el libre comercio no existe… llegamos al TLC con un socio que es un proteccionista disfrazado de librecambista”. Las mismas reflexiones son válidas ahora.
Lucas se va con mucha dignidad, reafirmando su histórico compromiso con la lucha de los pueblos, se rebela contra los grandes poderes.